miércoles, 20 de mayo de 2009

Bastardos del psicoanálisis

¿Cree que es la primera vez que lo he escuchado? No, ya me lo dijeron cuatro personas como usted, “especialistas”. ¿Y personas sin el conocimiento divino? Puff, innumerables.

[…]

¿Y que me genera? ¿Que pienso al respecto me pregunta? Bueno, creo que es innecesario gastar el tiempo en lo sabido, bah, directamente es innecesario gastar ESTE tiempo, Dra. Se absolutamente todo lo que me va a decir.

[…]

¿Una especie de Peter Pan dice usted? Sabe, nunca me gusto Peter Pan. Se que lo encontrara curioso y dirá “ A usted no le gusta por que se siente identificado y eso lo enoja” ¿O no, Dra? Y aunque yo tuviera otra opinión de Peter Pan usted seguiría pensando que yo tengo una conexión con el mismo. Si me agradara probablemente “me sentiría cómodo con su imagen pero ya seria hora de abandonar la niñez”. Si me resultara indiferente “cerraría los ojos a la realidad para evitar semejante verdad”. Carajo, no me puedo divorciar de este pendejo.

[…]

Hay una cosa que siempre me intrigo, Dra: La mirada. Cuando pasan minutos enteros con la mirada fija en el paciente ¿Cual es el objetivo? Digo... ¿Cual es el objetivo además de hacernos pensar que tenemos algo extraño en la cara, un moco al borde de la nariz o algo similar? ¿O acaso es alguna “técnica” que les enseñan en la carrera? ¿Ingresan como hackers en la psiquis del paciente? Espeluznante Dra, espeluznante.

[…]

Sabe Dra, ya he perdido mucho tiempo, demasiado...

[…]

¿Tres veces por semana? No, no. Hoy la terapia la hice yo solo. A quedado claro que sin el titulo yo conozco cada respuesta suya. ¿Cree que voy a pagar ochenta y cinco pesos por sesión para saber cosas que yo mismo puedo descubrir? No responda Dra, es una pregunta retorica. No seguiré alimentando sus sedientos bolsillos.

[…]

Ahh ¿Piensa usted que yo voy a tener una prospera miseria y que algún día si no caigo nuevamente en sus manos caeré en la de sus colegas? No, no hace falta que hable para que yo sepa esto: la técnica de la mirada sirve, Dra. ¿Podría abrir mi propio consultorio, no cree usted?

Finales:
a) Final triunfal: Se retira sin mas palabras.
b) Final triste: “¡Hasta la próxima, Dra! ¡Siempre es un placer dialogar con usted!”

martes, 5 de mayo de 2009

La belleza de las cenas conyugales

-El DE-CO-DI-FI-CA-DOR, Eloisa-
“Corro, pero tropiezo y caigo. Me levanto rápidamente, pero tropiezo una vez mas y una mas y una mas. Me sangran las rodillas.”
-¿No pensas cocinar?-
“Es como si no pudiera mantener el equilibrio. Mis piernas son gelatina. No puedo. No puedo estar de pie.”
-Tengo hambre ¿Cuándo pensas hacer algo?-
“De pronto no hay ninguna luz y comienzo a reptar. Siento que la camisa esta sucia, me siguen sangrando las rodillas, no puedo estar de pie y tengo miedo.”
-Así le pagan. Uno es un buen laburante que se levanta temprano, esta 10 horas en un cuarto diminuto trabajando y cuando regresa no hay nada bueno que lo espere-
“Risas. Luces tenues. Estoy en una plaza, alguien llora y grita.”
-¡Porque acá la única importante sos vos. Si yo, el pelotudo y miserable Horacio esta en ese cuartucho y no tiene una pizca de felicidad no importa! ¡Jamás importa! ¿Para que molestarse por la felicidad ajena, verdad Eloisa?-
“La cara regordeta, parece un puño. Rojo ¿Un labial por toda la cara o la molieron a golpes? Quizás simplemente sea el llanto, o tal vez sea alcohol. O es el rubor de la vergüenza.”
-Pude haber tenido mi vida, MI vida. La consumiste, la exprimiste. Gota por gota, le sacaste todo el jugo. Me quitaste todo.-
“100, 99, 98, 97, 96, 95…”
-Siempre son palabras. Solo palabras. Tu arte es subestimarme “El idiota de Horacio no se va a ir” ¿No me voy a ir? Nuestro arte es subestimarme. Jamás estuviste equivocada de mis limitaciones.-
“…2, 1, 0. ¡AUN ESTOY AQUÍ! QUIERO DESAPARECER. NECESITO QUE TODO SE VUELVA OSCURO, QUE EL MUNDO SE CALLE Y SOBRE TODO NECESITO NO AMANECER MAS”
-Rompería las puertas, destrozaría todo a mí alrededor. Te mostraría que este estupido hace de su enojo una práctica. Tiraria al inodoro esas burdas teorías de lo imposible. El dominado, el desgraciado, el decante Horacio quebraría su destino. Reconstruiría su vida y te dejaría Eloisa, te dejaría-
“Las caras idénticas. ¿Son mascaras? Los ojos son huecos, pozos infinitos de una negrura impenetrable. El terror: Invasivo y paralizante”
-¿Cómo debería terminar esto? ¿Voy a rebelarme y decir finalmente “Adiós” dando un portazo? ¿O acaso todo va a seguir como siempre?-
“Fantasmas de un umbral desconocido. Me confundí de puerta, debería seguir buscando. Una vez mas, ya no me voy a equivocar.”
-Eloisa, los seres humanos no somos tan fantásticos como en algún tiempo se creyó. Somos animales de costumbre. Fácilmente nos podrían adiestrar con una vara. Se que me voy a quedar acá, no soy tan sorprendente. No voy a ir a ningún lado. Estamos destinados a no diferenciarnos, a seguir las mismas rutas. Vamos a morir sabiendo que jamás pudimos. Quisiera no saber esto querida.-


Y cenaron en ese falso estado de paz. Hoy y mañana, y pasado mañana y pasado pasado mañana y así sucesivamente hasta sus muertes.